lunes, 31 de julio de 2017

Resultado de imagen de Juan Ignacio zoido con Curro perez y gregorio Serrano

La apuesta

Como les ofrecí mi amistad, debo de confiar en ellos aunque despues de tanto tiempo en esto, que la verdad es que ni se que decir de estos amigos a los que en la responsabilidad se le atoraron las decisiones a tomar en este asunto de la puerta del mercado de la Encarnación, puerta tan necesaria, como inexistente, y por lo que se puede ver hace ya mucho tiempo, con independencia del mutuo afecto, que deberían de haber tomado una decisión favorable.
 Posiblemente cause risa, pero sigo apostando por ellos, mas que me pese, y sigo pensando que cualquier día la inauguramos.
 Según la opinión mayoritaria, de los que me rodean parece que sea difícil que esto ocurra, y entonces no se si lo difícil es que se inaugure, o apostar por ellos.
 Crean que no hay cosa mas fácil para la responsabilidad en este asunto de cumplir la Ley de Accesibilidad  que dar las indicaciones pertinentes para que la puerta se instale, evidentemente si se dispone de la partida presupuestaria, en este caso, una irrisoria cantidad que no alcanzaría ni el 0.0001 % del costo hasta la fecha contabilizado. Aun existe la posibilidad de exigirla a la empresa constructora como responsable de semejante olvido.
Descartado el tema económico, la situación entra de lleno en la perversidad, ¡donde si no!, cuando contábamos en los tiempo de comicios de pre-campaña, con aquello de que los caprichos ya no valen, y efectivamente, ya era sabido que instalar esta puerta automática, y  de un servicio publico basico, precisamente en  un mercado municipal, debe de ser una prioridad, mas si comparamos las existentes donde nadie sabe los motivos por los cuales se colocaron aleatoriamente.
Basta con ver la distribución, sobre planos, mejor en directo, y se observa que la equidistancia no existe, y crea la disformidad en la calle cubierta, cuando son colocadas, juntas, y de dos en dos, a distintas distancias de las entradas. No creo que se pueda explicar el hecho, por que una tan cerca, y la otra tan lejos, y por que no se repartieron, por pura lógica, en la serpenteante distancia las cuatro existentes, haciéndolas coincidir con las travesías del mercado. Evitaremos hacer observacion sobre las que se clausuran la calle, o la que convierte en bar la calle publica. 
Lo mismo valdría si eso hubiera estado bien realizado, y acaso no fuera tan importante lo moderno. Peor cuando hasta la prevista para seguridad la colocaron en el mismo lugar que las anteriores, pero que dos años después todavía no la instalaron.
No deja de ser esta plaza de abastos un lugar raro, al que quisieron llamar emblemático mercado, y que lejos de ser amable en su recorrido, le crearon e inventaron un trazado laberintico de donde salir no resulta fácil.
Mas difícil se hace cuando la ausencia de salidas crea la desorientación, más aun, cuando por otros motivos no se encuentran la totalidad de los puestos abiertos, dando lugar incluso a incidentes que se podían haber evitado.
Que las personas buscan una entrada donde no existe, es tan claro como que algún día los responsables lleguen a darse cuenta, si es que aun no lo hicieron.
 Llegado a este punto poco queda entonces que hacer, aparte de lamentar que estos en la gobernanaza no quieran ver este hecho irrefutable, que no tiene ninguna discusión, menos si no hay responsabilidad que se quiera enterar, ye, ye. Ni en la oposición, ye, ye, yeyé. 
Ni les comento lo del automatismo para el acceso de las personas con discapacidad reducida, pues eso me crea vergüenza ajena.
Es algo tan evidente este asunto de colocar una puerta, fundamental para esta plaza de abastos municipal que nos salió al gusto alemán, evidentemente aliñada con los vítores y aplausos de quienes desaparecieron tras la inauguración, llámense placeros palmeros, e irresponsables en la responsabilidad.

Por eso resulta mas que lamentable que cuando se dice, y reitera continuamente, desde la propia responsabilidad que esta se encuentran al servicio publico, y que no existe otra intención, ni mayor animo en el ejercicio de la gobernanza, en este caso municipal, que mejorar la vida de los ciudadanos, y por otra parte escuchar otras responsabilidades, que en su discurso emplea con el mayor énfasis posible, que es labor propia de la responsabilidad mejorar estas instalaciones municipales, Goro dixit. y crean que en este caso, por lamentable, no me parto de risa, pero me dan todas las opciones para ganar la apuesta.
Sevilla a 15 de octubre de 2012

Francisco Rodríguez Estévez

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