jueves, 15 de junio de 2017


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Vísperas

No son buenos recuerdos los que esos miércoles me traen. Desde hace muchos años aparece en mi memoria los planes que hicimos para el jueves de custodias, y que ni el calor de la mañana calentó la sangre helada.
Parece que todo empieza a ser el final, y en estas vísperas de nuevo la herida del pasado viene abriéndose en los recuerdos de lo que puede concluir después de tantos años que llevo la vida en esta Encarnacion que tengo decidido abandonar.
Contrario a la demolición del viejo edificio, por cuanto nunca se tuvo claro como se iba a reconstruir, el tiempo llego pasando y con ello llevándose a demasiadas ilusiones por más que estuvieran equivocadas. Disgustado por lo sucedido, y lamentándolo por siempre,  no cabía más, abatido por la mayoría mas que ignorante,  que esperar que se produjera algo imposible,  y en la responsabilidad, la que había permitido el enjaulamiento voluntario de quienes entregaron como perdedores en la batalla sin librar el escaso botin de guerra de una propiedad expropiada, para que estos se vieran en su reducido número, comprimidos en ridículos espacios  bajos los asbestos del supuestamente efímero mercado, y acaso allí aguantar la solución que para mayor vergüenza, llegaría en forma de capricho, cuando solo quedaban un tercio de  los pobrecitos placeros.
Resultado de imagen de visperas el rotoSon las vísperas las que hiela hasta el tuétano de tener que desprenderse de toda la vida de una piel que conserva demasiadas marcas. Nadie puede saber que pasará mañana, pero si hay algo seguro es que mañana llega, y este nos indica que ya hace mucho de ayer y de hoy. La víspera de velar armas como un Quijote, que no sabe que enemigos traerá el campeo de nuevos terrenos, ni que aliados, ni que compañeros de nuevas andaduras en el nuevo tiempo que vuela.
Resultado de imagen de visperas el rotoDecididamente ni debe de haber vuelta atrás, mas si no, tampoco dispongo de mucho tiempo, pero podría esperar algo incluso temiendo que  tal vez no llegue un mejor momento, ni mejores operaciones, a tenor de la que se me ofrece, por más que pueda ser que la cosa se dice que está mejorando después de la crisis económica que le cogió a lo de las setas de lleno. Siendo poco, lo creo justo.
Estas vísperas son para salir del laberinto y ojala le ponga la puerta automática, esa que me ha tenido en tensa espera de un retiro jubiloso, y durante más de seis largos años, me ha llevado realizar equilibrios con ventas de escaso público que se evaporaban entre costos y gastos, que no se hubiera dado tal suerte de haber existido una puerta por la que entrar.
Sevilla a 15 de Junio de 2017

Francisco Rodríguez Estévez

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