miércoles, 31 de mayo de 2017

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La falacia

Tal que fuera puerta a la mentira al embuste, como anacronismo de lo que dan estos días en los que todo está cuestionado aun quedando escasos rescoldos de honradez en lo que se llame política, aparece, como cada dia, la falacia que se les ocurre  al de turno para excusar la demostrada ineptitud en lo de la puerta.
A diario de un lado a otro ofrecen en los medios amplias listas de presuntos corruptos, del otro lado unos y otros del otro Todos presuntos. Acaso investigados, acaso en libertad sin cargos, acaso exonerado, acaso pendiente de enjuiciamiento, tal vez sin sentencia firme, tal vez en proceso de apelación, tal vez en prevención carcelaria, pocos privado de libertad, y si una lista es larga la otra es mayor.Nadie sabia nada, de  nada. De verdad que da pena ver las carreras de tantos años de estudios.Pura falacia.

Ya está visto todo  que no creo a ninguno de estos metidos en cuatrienios de urnas, pero nada tiene que ver estos "cercanos" con los grandes embustes que cada caso ofrecía en ruedas de prensa, reclamado justicia, posiblemente mas que inmerecida, con la más absurda de las mentiras, “manifestando que de lo suyo, como que no sabía nada de nada”.
 Así van apareciendo en el cortejo de ignorantes, ya fueran “reales” o virtuales. El caso es que entre comisiones, tarjetas, sobresueldos, regalos y otras ganancias para nada sorprende nada, si en los últimos seis años en lo de la puerta, sí, efectivamente, la puerta automática para cumplir la Ley, esa donde  tra vez la falacia quedó instalada desde que el ministro, hoy excelentísimo, era silente portavoz de la oposición municipal de esta ciudad que hacia setas y torretas.
Resultado de imagen de el roto policos mentirosoEn la actualidad, visto que el juez se llevo a Gorosito y a Currito dale al botoncito, sin que la gran mentira de café, ese que más tranquilo tomaríamos  en su despacho oficial de la alcaldía, para que por enésima vez le  volviera e explicar lo de la Ley de Accesibilidad de los edificios públicos por cuanto ni en cuatro años tuvo claro cuál era la superficie de este espacio de gestión municipal  que como plaza de abastos, la de la Encarnacion, le correspondía. Vete a saber, que historia.
Algo debe de quedar que se sabe, si la barbaridad de su costo, pagado por las arcas municipales que dispuso de los fondos aportados por la patronal de la construcción para realizar infraestructuras de barrios, tuvo aparte del efectivo disponible,  la desafectación del edifico que ocupaba la delegación de hacienda, y de regalo se le añadió a la adjudicataria, el plus de explotación de “aquello” y el contrato de mantenimiento y servicios del micologico conjunto.  Pero cabe imaginar porque no sabe, no contesta. Ni de la puerta, ni de la Ley, es lo que hay, nadie sabe nada de nada.
Al menos el diccionario permite saber  y falacia que dice que viene del latín  “Fallacia”, como lo de la Encarnacion que antes que mercado era Colonia y lo mismo venía a decir  “falla y compañía” como Blesa, Barcena, Rato, Iñaki y otros tanto fallos, negando todo. Ella no sabía,  por lo que el capricho de lo de las setas una puerta es calderilla. 
Nadie sabe qué motivos tiene la actual responsabilidad fuera parte de la mentira, la gran mentira que tiene como coletilla en este caso, como para llegar a pensar mismamente que lo de la Ley no es cosa suya. 
Resultado de imagen de el roto policos mentirosoLa adjudicataria, concesionaria, constructora dice la misma tontería, y la puerta sin poner, y la Ley sin cumplir.
En este caso que supera en la escasez de vergüenza demostrada por tantos ignorantes mencionados  como que cuesta creer que se haga habito de la mentira soslayar la Ley, pero si esto de la puerta que más parece ser  una falacia empleada en una responsabilidad irresponsable, cuando menos deberían de hacérselo ve en el consistorio. Oigan que no es tan difícil colocar una puerta, que algo deben de saber, y eso de no saber nada de nada en lo de la Encarnación, ya no se la cree nadie.  
Del latín, fallacia: 1 f. Engaño, fraude, o mentira con que se intenta dañar a alguien—2.f. Habito e emplear falsedades
Sevilla a 31 de Mayo de 2017

Francisco Rodríguez Estévez

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