martes, 27 de mayo de 2008

EL SINDROME DEL CAPRICHO MARGARITA (como la pizza,tu,si,tu,no,tu,si,tu,no) Tu, si. Tu, no. Tu,si. Tu, no. (

Ocurrencias experimentales

En cuestión de plazas de abastos, cuando se pensaba que todo estaba inventado desde el tiempo de los fenicios, no es casualidad que, sin políticas conservadoras que puedan permitir tener continuidad a estas en el tiempo, se opte por probar con una ocurrencia experimental, a pesar de que en ciertas materias, en especial la que pueda causar daños colaterales, fuera aconsejable que los experimentos se realizaran con gaseosa.
Cierto es que las plazas de abastos no gozan de su mejor momento, y que convendría revitalizarlas, e incluso darle un toque de modernidad, naturalmente sin pasarse, para no desnaturalizarlas.
La decadente imagen que muestran no es si no fruto del abandono, quizás por la falta de tutela, por la dejación de obligaciones, y la nula aportación de ideas regeneradoras, lo que nos hace ver como una realidad constatable aquello que, hasta no hace mucho tiempo fueron generadores de la sinergia comercial, de que modo hoy, languidecen en los estertores de su destino.
Acaso la estrategia empleada, la de la inoperancia, como puerta de entrada al aburrimiento, consiga acabar definitivamente con la poca vida que aun conservan estos singulares edificios comerciales, en claro periodo de extinción, a los que ya ni le vale que siempre estuvieran al servicio de todas las economías, pues el elitismo, la especialización, y la selección, le cerraría esta posibilidad de compra a las familias de economías más débiles, y con ellos, las puertas del mercado laboral a muchos vendedores.
No puede ser una buena idea la selección de estos, cual mercancía, para ajustarlos a medidas y baremos propicios, con el consiguiente temor de liquidación del excedente, si el objeto marca sospechosamente encubierto, ponerle fin a las plazas de abastos, para que todo quede en un recuerdo de otro tiempo.
De ocurrir, eso nos retrotraería al peor de los pasados, cuando un doctor, al que la política le dio mando y poder, se dedicó a jugar a los médicos, haciendo limpieza e higiene, donde no solo se eliminaban los parásitos.
La germánica idea, dice la historia del hecho, hizo que el doctor se encaprichara con los Ovistd, y estos fueron tratados por orden suya con un mimo especial, al punto de que les hizo construir un lugar preferente para ellos. Lo peor vino que cuando se percató que aquello iba mal, pues los abandonó y puso rumbo a Río. Cierto que aquel tiempo resulto difícil para los enanos, débiles en los más débiles. La liliputiense orquesta se salvó del exterminio, gracias a que permanecieron unidos.
El futuro siempre es incierto, pero hay que prever, y cuando menos aprender del pasado que siempre aportó enseñanzas, por eso causa miedo los experimentos, más si se intuye el negro panorama que les aguarda a los mercados con sus practicas reductivas, y peor el de los vendedores de plazas de abastos de toda la vida, como no espabilen, pues no es casualidad que, sin políticas de conservación del tejido productivo, y la digna reestructuración de las plazas de abastos, como bien etnográfico, antropológico, cultural gastronomico y económico, se le lleguen a proponer ocurrencias experimentales.
Sevilla a 27 de Mayo de 2008-
Francisco Rodríguez Estevez

viernes, 23 de mayo de 2008

Temperatura optima para el rendimiento laboral

El cambio climático

A las puertas de que llegue el rigor de las calores, no parece que se le pueda poner la refrigeración necesaria para cumplir la normativa de las condiciones laborales. Así pues, un verano más que llegará con toda la intención del mundo para recalentar las horneantes chapas del provisional mercado de la Encarnación.
Con este que comienza será el treinta y cinco, pero aun faltaran tres más que pasar en ese tostadero que tan bien parecen llevar (acaso, sarna con gusto no pica) quienes en sus silencios lo soporta, pero que resulta impropio e inadecuado para las mercancías, e inaguantable para los escasos y sufridos clientes.
Hace años hubiera sido posible encontrar el sistema para que aliviara en algunos grados los estíos de tan anacrónico lugar, pero cualquier intento se frustraba ante la inminente posibilidad de abandonarlo definitivamente. Ahora, que dicen que solo quedan tres, ni se intenta. Pero no por innecesario, más parece que, si la climatización no puede llevarse a cabo en las aulas de los colegios municipales, difícilmente esta puede instalarse en una plaza de abastos municipal, que además provisional.
Seria derrochar el dinero publico. Total para tres veranos.
Con seguridad se clausuraría la explotación ganadera, vamos que no permanecería ni un día mas abierta, si se detectara que animales estabulados estuvieran en similares condiciones, y no les digo nada si se leyeran las condiciones exigibles para la cautividad de los primates.
Otra cosa será el definido, bajo la umbría de las setas, ese que dispondrá de la tecnología punta para el ahorro energético, edificio generador de energía sostenible en la lucha del cambio climático, donde se cumplirán todo lo dispuesto en la Ley FERAEE, y en especial en las indicaciones en instalaciones de refrigeración, lugar donde se desarrolla y propaga la peligrosa “legionella”.
Pero eso será dentro de tres años, esperemos mientras tanto, que los clientes no cambien y lo resistan.
Sevilla a 23 Mayo de 2008
Francisco Rodríguez Estévez

lunes, 19 de mayo de 2008

Encarnacion, (caso sin resolver)

Otras encarnaciones

Debe ser eso del síndrome del salmón, que para lograr su objetivo tiene que nadar siempre a contra corriente, la causa para que en lugar de buscar los remansos acomodaticios siempre se tenga que estar inmerso en algunas de las disconformidades causadas, generalmente por la falta de aplicación del sentido común, en ocasiones por algo tan sencillo como no escuchar a la ciudadanía, y lo que es peor, carecer de sensibilidad suficiente como para evitar el desasosiego de unas minorías afectadas aunque estas estén propuestas y dispuestas a impedir los caprichos del momento, y que antes llamaron lucha civil, y ahora le dicen plataformas.
Tal vez sea por eso, que no acierto que pensar al oír aquello de que lo de la Encarnación es un ejemplo, más cuando no se aclara en manera alguna de que será lo de la Encarnación ejemplo.
Acaso, convertida en madre y maestra de todas las encarnaciones que existen en esta callada ciudad, antes de personas, ahora de plataformas, hace, que por su ejemplo, las agrupaciones ciudadanas estén al loro de cualquier actuación que venga de donde se alojaron las ocurrencias y en consecuencia, a nada se tenga la mínima sospecha de que puedan ser ejecutadas, evitar al menos que sea de forma sumarisima, por irreparables, o cuando menos, para que si la cosa se dilata en exceso que no cunda como ejemplo, tal como la Encarnación.
Con lo de la Encarnación, no solo se perdió la mayor y mas antigua plaza de abastos de Andalucía, ni los vendedores perdieron más de treinta y cinco años con la esperanza de volver cuando lo reconstruyeran, si no que el inexorable tiempo se llevó para siempre a la inmensa mayoría de los vendedores, pues de los 91 que iniciaron el proceso, apenas quedan los que con una sola mano pueden contarse.
Claro ejemplo que refleja los temores, en especial los de la casa grande, casa palacio, casa Pumarejo, que fuera antes Real de Los Toribios, casa de columnas de caoba, casa declarada monumento, casa salvada de la piqueta, casa que resiste en la ruina, casa con sus vecinos dispuestos a vivirla, casa con prisas en el tiempo lento, y es que si se repite lo de la Encarnación la batalla la ganará el tiempo.
Y es que a la Casa Palacio de Pumarejo, le anuncian, con las mismas palabras que a la Encarnación le dijeron en los tiempos de los miedos, en este de libertades, que las obras para recuperar esta joya, para el beneficio de la ciudad, e integrar para su disfrute a sus usuarios, estos se ubicaran de forma provisional en lugar adecuado mientras se realizan las obras, por un plazo de tres años.
Y mire por donde que, en este arte de prometer irrealidades, todos parecen iguales.
Repito las palabras que un viejo carnicero me dijo en la puerta del desaparecido mercado el día que con la carga de utensilios, lo abandonaba, para mudar todo hasta el provisional, “Aquí, no volvéis ninguno”. Dios quiera que la Encarnación no sea ejemplo de nada. Ni siquiera de la ineptitud.
Sevilla a 19 de Mayo de 2008
Francisco Rodríguez Estévez

domingo, 18 de mayo de 2008

Cosas de barrio (SESAMO)

De Epi, o de rana (Gustavo)

En lo de la Encarnación nunca puede parecer que esté dicho todo, por mucho que se nos diga que con las setas esta dicha la ultima palabra. Un puro grito
Mas cuando semejante actuación tantas enseñazas nos depara, al punto, de que en ocasiones viene a recordar las de Barrio Sésamo, haciendo comprender fácilmente lo que está arriba y lo que se encuentra debajo, diferenciar claramente lo rápido de lo lento, y el cerca de lo lejos.
Rápido es el tiempo, que tambien puede ser lento. El caso es que pasa, y pasa lo que pasa, pues casi sin darnos cuenta, va para año y medio, que es mucho, pero tambien puede ser poco, cuando, en el tiempo de las prisas, coronaron a toda velocidad las dos enormes columnas de hormigón que pusieron para lo de la Encarnación, ¡que alto!, con esa cubierta de chapas que, por lo oído, a la primera nevada que caiga, podía ser que ídem.
Pero para que esto no pueda ocurrir nunca jamas, (que caiga la nieve, no, lo otro) y el invento se nos venga abajo, que no es donde la Hispalis resiste, si no sobre el botellodromo, que es lo que está arriba del emblematico mercado, la seguridad, que llega justo en el momento, que rápido, aunque tambien se dice el tiempo lento, hace pensar que al menos las medidas fueron encontradas a tiempo.
Pero como el tiempo pasa de prisa, aunque lo haga lentamente, y la desaceleración, la del sector de la construcción, parece que está tan en tenguerengue como la cubierta mirando al hombre del tiempo, no es del todo posible que se pueda estar seguro de que la estación del metro de la Encarnación pueda llegar a tiempo. ¡Que lento!
Otra cosa el la plaza, que son dos, como los metros, el metro del Metropol, y el metro centro. Dos, que tanto monta, el de arriba, como monta tanto el de abajo, serán los que llenaran de peatones, con sus cargas de viajeros tanto la plaza azotea, como la plaza de abastos.
Por el momento lo que toma cuerpo son las escalinatas, esas que no habrá un artrosico abuelito que tenga valor de escalar, subida lenta, pero que en rápida bajada, algún orín que otro, se escapará de las hinchadas vejigas de jóvenes noctámbulos lamiendo los mamperlán, deja ver, envueltos en las sinuosas líneas de las sombras de lo de arriba, como abajo, van, de abajo arriba, tomando forma de dientes de sierra. Lagarto, lagarto.
Y aunque el gran laurel, se encuentra más lejos, que la sexta seta de la fuente, tener una sierra tan cerca ha hecho que las hojas se le pongan punta, como Espinete, y la corteza de su piel sensible, de gallina Caponata.
Sevilla a 18 d Mayo de 2008-
Francisco Rodríguez Estevez

martes, 13 de mayo de 2008

Y USTED QUE LO VEA

Fechas anunciadas

Como se puede comprobar, de Noviembre a esta fecha, han pasado seis meses. Cosa que al parecer no es nada, cuando en lo de la Encarnación los vendedores de la plaza pronto alcanzaran los 35 años en una provisionalidad que más que larga, a muchos se les hizo eterna.
Cierto es que hace ya seis meses que tenía que haber estado inaugurado el complejo de las setas de la polietapica Encarnación. ¡Las cosas que hay que oír!
Previsto para el día 5 del pasado Noviembre, aconteció que, justo el día después del fallido intento por inaugurar aquello, la prensa recogía la declaración del responsable publico para informar del fiasco, por el atraso evidente, y justificarlo por motivos de seguridad.
Todo parecía indicar que en la explicación-justificación, que se le daba a la prensa, se encontraría, al no haberse tomado todas las medidas al respecto, la vía de la penalización por demora, según lo establecido en el pliego de condiciones del concurso de adjudicación, que fue ganado por meritos, ante otros ofertantes, en base a la mayor celeridad y menor precio.
Está visto que las prisas fueron malas consejeras, y olvidadizas, y que el tiempo de la bulla, el de la urgencia, se ha terminado. Tambien hay que reconocer que en la desaceleración que impera acabó por imponerse el sosiego y la mesura, y que la velocidad ya es cosa del pasado.
Total, que para Junio, dijeron. Después de tantos años ¿Qué son seis meses más? De haber sido cierta aquella, ahora estaríamos en las vísperas del evento. Debió ser el azar, quien por ponerle a aquello “buena cara”, le hizo coincidir con el de San Bonifacio.
Pero no fue hasta principios de año, justo cuando deberían de iniciarse las obras para la estación de Metropol, la del metro subterráneo de la Encarnación, incluida en el proyecto premiado y adjudicado, cuando alguien debió de caer en la cuenta de que si se tomaban todas las medidas de seguridad, (cosa que supimos, por que un año antes, se desplomó con fatal resultado una cubierta similar a la que se había utilizado en el parasol), se empezaba lo de la estación, y lo del “ antiquarium”, sería imposible terminarlo en aquella fecha anunciada.
Como no era cuestión de improvisar nuevamente, cabe pensar que se debieron de estudiar concienzudamente el asunto, y con el fin de no errar nuevamente se decidió por una fecha indeterminada. Así que si en un principio se dijo para finales de 2009, y posteriormente antes del verano de 2010, nos hace pensar que lo de la Encarnación, será como lo de la Alameda, ¡Ay, Alameda!, que solo se podrá inaugurar, cuando se acabe.
Sevilla a 13 de Mayo de 2008-
Francisco Rodríguez Estévez

sábado, 10 de mayo de 2008

Una nube,en los ojos

Que le vamos a hacer

Dios me guarde de tener que hacer el primo para averiguar quien financiaba la excursión, cuando eso a nadie le importa. El caso es que vinieron, se fotografiaron, salieron en la prensa, y estuvieron en lo de la Encarnación.
Los escogidos visitantes, vinieron, no de los cinco continentes, sino de cuatro. Observadores extranjeros que fueron nada menos que ochenta, un mundo para ver, mas once agregados (según la prensa) que se sumaron a la jira, para patear esta ciudad de la gracia, ahora de las personas, de los sueños y los atrasos, de la prisa, de la seguridad por lo lento, se encajaron en lo de la Encarnación, en lo de las setas.
Puede leerse, en el medio difusor de la noticia, que visitaron la Hispalis, es de imaginar que sería lo poquito que dejaron in situ por excavar, pues las partes indultadas fueron desmontadas y retiradas, de las demás, al parecer de escaso valor, bastó documentarlas.
Mas adelante, en la prensa escrita, el artículo recoge una frase colofón, de las llamadas perlas, que no gazapo, atribuida al responsable de la empresa concesionaria. “Arriba, habrá una gran nube de madera”. “La gente tendrá la sensación de estar bajo un bosque de pinos”.
Al tiempo. Veremos en que queda la cosa. Acaso será que al bajarse de esa nube que dice que nos construyen, como un sueño, tengamos que toparnos con la realidad al despertar. Y esa gente, puede que sean personas, ciudadanos y ciudadanas, que tal vez no sepan ni por ensoñación lo que es un pino, pero de lo que no cabe duda es lo que podrán ver será madera y más madera. Un cúmulo de madera, millares de tablones de madera, (madera metálica, dijo un alto responsable), resultado de una masiva tala que acabará con la longeva existencia de varios miles de pinos, para producir esos miles de metros cúbicos de tablas, para un revestimiento ornamental, a las que tendrán que cubrir del peligroso poliéster para evitarle su pudrición.
Una visita provechosa en la que los mayores aplausos fueron para el consistente tentempié de media mañana, donde no hubo tiempo para debatir sobre la sostenibilidad, ni la demora en la estación del metro, ni el olvido de las celulas fotovoltaicas, pues el tiempo apremiaba para tomar el barco para el almuerzo a bordo, navegando sobre las placenteras aguas del Guadalquivir, donde si acaso le vendieron la burra, al menos no tuvieron que comprar ni la cubertería, ni la manta..
Mientras, para colmo, que no desesperación de los indolentes damnificados, se mantiene la fecha inaugural, nada menos para cuando todos los economistas predicen el punto álgido de la iniciada desaceleración económica, es decir en plena crisis.
Cabe decir que nada turba a los vendedores del mercado en la espera, que sueñan con traspasos para su retirada, en lugar de buscar soluciones, en su mayoría sexagenarios, indemnizatorias. Tal vez, crean que lo mejor sea no hacer nada.
Sevilla a 10 de Mayo de 2008
Francisco Rodríguez Estevéz

jueves, 8 de mayo de 2008

Congreso micologico

Haciendo camino

Al leer que ochenta asistentes de los cuatro continentes(aunque de pequeño me dijeron que eran cinco) recorren a pie la ciudad desde la Alameda hasta la Encarnación, me da que esta historia es de las de excursiones. Con todo pagado “El viajar es un placer”.
Parece que todos se juntaron en San Jerónimo, donde mi amigo que tuvo cuna en “frailes”, vino para hacer cajas, de las de cambio, cerquita de San Fernando, y encontró su retiro en “el monasterio”.
Acaso sean los jubilados quienes más saben de viajes, junto con los congresistas. Son cosas de la edad, y la tercera se ha vuelto una edad viajera.
En el local asociativo, de bailes y dominós, los madrugones inician esos viajes-almuerzos programados, que se organizan además de para la gira ocasional del personal, este, a cambio tenga que soportar la charla-conferencia, también llamada “insostenible”, en donde se dan a conocer las virtudes de una serie de productos que no hay quien se las crea, y que dicen de demostración.
Pero en CREA, junto al monasterio de San Jerónimo, (donde mi amigo) de momento no hay nada de comprar, aunque le vendan las creaciones y ocurrencias que aquí se están realizando. La charla-paseo-demostración, trajo, pasito a paso, como haciendo camino, al nutrido grupo hasta la Encarnación para ver aquello de las setas.
Dicen que pertenecen a la UNESCO, como ICOMOS, pero lo que se comieron antes de iniciar la escalada fue un desayuno a base de ibéricos. Ovación.
A continuación se dispusieron a penetrar en “El vientre de Sevilla”, con Hispalis en la cloaca. Aplausos, y vuelta. Encima de la umbrela del gurumelo gigante, quizás buscaron la sostenibilidad, pero solo encontraron la seguridad de obra, con los cascos puestos, pues al parecer no había botas para que se las pusieran todos. Cascos azules, en la genuina zona cero, la de mis carnes de la Encarnación en su nueva encarnadura, dura, dura.
Por buscar, incluso buscaron por Internet, pero no lograron encontrar las celulas fotovoltaicas, acaso no estuvieran operativas. Tal vez por las urgencias no buscaron la estación del metro.
En el interior del mercado de provisionalidad eterna, el del rincón, el de toda la vida, nunca se organizan viajes de gastos pagados para comprobar como son los mercados de la referente Barcelona.
En lo que fuera monasterio de la Encarnación, en la que tuvo fundación y sede la esclavitud, ahora en los Terceros, como la edad viajera, encontraron, que la fuente del mercado, la mas antigua de esta Sevilla, que ahora “sevillanea” en lo que, cuando la gran mutilación del 48, llamaron la Encarnita, pues nada menos que, a corta distancia de su pila, la que se llamaría contaminante según la Ley de Patrimonio, está brotando una virulenta “amanita” y no es precisamente por la humedad.
El la Plaza de Regina, que fuera antes picadero de los maestrante, otra seta, en lo que fuera coso, irrumpe violentamente tal si fuera un terrorífico Tulio, en el arranque del vomitorio de la mingitoria escalera que rima con Regaera. Y es que esto de la Encarnación, ¡Ay, Alameda! Más que una visita cultural, tiene la pinta de una murga, internacional por supuesto.
Sevilla a 8 de Mayo de 2008-
Francisco Rodríguez Estevez