domingo, 5 de marzo de 2017


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Plaza municipal de abastos

A tenor de lo que dejan lamentablemente ver las plazas municipales de abastos de nuestra ciudad, no se le vislumbra que tengan un buen final.  La Encarnacion, bajo las setas, es claro ejemplo.
Tanto por la  desolación que padece por  la falta de público,  acaso debido a la escasa competitividad de los vendedores deslavazados en un laberintico diseño exponiendo  sus restringidos artículos, frente a la diversidad de referencias que se ofrecen en cadenas y  grandes almacenes, el futuro no es prometedor.
Así,  junto con la evidente falta de interés municipal en la gestion por parte de los responsables de turno , se une la dejadez, acaso por el desanimo acumulado de años, de los “pobrecitos placeros”, lo cual  lleva a pensar lo que corresponde, ante la deplorable vista que ofrecen, y  es sin duda una realidad palpable que penosamente llevará a la desaparición de estas plazas  municipales de abastos  como tal, a menos que se lleve una drástica intervención revitalizadora, cosa harto improbable.
Ni que decir tiene que las actuaciones políticas en esta materia son tan ínfimas que parecería mejor que no hicieron nada por cuanto por días que pasan la decadencia se hace notar  a una velocidad que más parece que sea algo intencionado.
Lo que se auguraba como “mercado emblemático”, para que fuera referente tal como lo son “la Boqueria “de Barcelona, la “Plaza Redonda” de Valencia, la de la Encarnacion, es el paradigma del desacierto, que merecería hacérselo ver a los responsables, por cuanto en los seis años que lleva  no realizaron ninguna acción paliativa,  para que evite el galopante cierre de los puestos, los mismos establecimientos que por contrato quedan en beneficio del concesionario en detrimento de las arcas municipales  que ya pierden estos ingresos por tasas, y en consecuencia desfavoreciendo los intereses de los placeros que inexplicablemente resisten.
Resultado de imagen de mercado de la encarnación sevillaNada extrañaría pues,( si echaran cuentas) que los pobrecitos placeros, con la perspectiva de nuevas huidas en ciernes, dejaran la plaza en otras manos, y no precisamente municipales, cuando el prorrateo les lleve, junto a otros costos y  gastos que no se evitan, hasta cantidades imposibles de asumir en las actuales circunstancias.
 Ni que decir tiene que ni la Administración Municipal responsable   de la gestión de la plaza municipal de abastos, ni la concesionaria-adjudicataria de metropol-parasol, tengan el menor empeño por llevar a cabo la mínima revitalización de la plaza municipal de abastos, lo peor viene cuando son los pobrecitos placeros los que al parecer no quieren echar cuenta, ni hacerlas. Ni ven, ni miran.El tiempo habla.
Es de temer al igual que siempre, que estas cuentas ya estén hechas, y no se creerán cual de barato puede resultar convertirla en “catefulles e  himpercolles”,  por cuando los pobrecitos placeros, una vez aburridos de esperar traspasos de júbilo, pongan las manos mendicantes para recibir la miseria, antes de salir con una delante y la otra detrás. Será entonces cuando dispondrá de servicios de autobuses, zona azul, aparcamiento rotatorio, y que decir sobre las puertas automáticas.  
Sevilla a 5 de Marzo de 2017

Francisco Rodríguez Estévez

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