Y ahora, que
Es el propio Tribunal Supremo quien ha dictado sentencia.
Nada de bromas para lo de la
Encarnación , a la que al fin le llegó el tiempo serio. Es
evidente que la Justicia no estaba ciega, y aunque tarde pudo ver lo que en esta sentencia se recoge de cuantas mentiras hubo, y comprobar que para nada importó, a
los que deberían de haber cumplido sus acciones con
ejemplaridad, como gestores de lo publico, nada menos que saltarse la Ley , por el momento la de
Patrimonio Histórico de Andalucía, acaso mas tarde, o mas temprano, se verá si en este capricho
de las setas también vulneró el Real Decreto Ley/6 de 1999, sobre la sostenibilidad.
Quien puede decir después de la sentencia, que la FERAEE , Decreto
169/2011, de 31 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento de Fomento de las
Energías Renovables, el Ahorro y la Eficiencia Energética en Andalucía (BOJAA
núm. 112, de 9 de junio) era algo desconocido, y que no importaba. Ya
veremos, como acaba esto.
¿Y la Ley
de Accesibilidad? Poco les afectaba, posiblemente hacían como que nada, que los
técnicos de Arup, dijeran que el proyecto era imposible, ¡mas madera!, pues si PUDIERAMOS
ACCEDER a las actas del libro de plenos, solo nos encontraríamos silencios, e
incluso votos de calidad.
Cuanta gente mirando, y como si la narcosis de las setas les impidiera decir algo sobre lo que allí se estaba
haciendo, pues nadie quería advertir lo que todos veían. Lo mismo alguno cobraría
de la partida.
¿Saltar, o soslayar? Lo mismo la consigna fuera evitar, la
Ley de Patrimonio, Ley de sostenibilidad, Ley de
accesibilidad, diríamos que también Ley de la Gravedad , por cuanto cruzar
el puente puede tener resultado de que el cuerpo, mas que grave, quede al caer
como la manzana.
No se pregunte aquello, después de tanto tiempo, de hacia adonde miraban los que deberían de
haber visto, cuando menos intuido, ya fuera profesionalmente dentro de la institución
publica, e incluso fuera, y con mayor libertad, lo que presumiblemente podría
dictar un Tribunal, como así ha ocurrido, a la comprobación de tantos errores
intencionados. ¿Y ahora, que?
Se exigirán, con todas las consecuencias, las responsabilidades económicas
suficientes para que se restablezca todo
lo vulnerado, desde el primero hasta el ultimo, a todos y cada uno de los que sabían
perfectamente lo que estaban haciendo, incluso sabiendo en muchos casos lo que podría
pasar.
El caso es que allí tenemos ese hito,(léase mojón), icono del
tiempo del fracaso, y cuesta creer que si no le pusieron seguridad al
lucernario, ni puerta a la travesía Central a lo que llaman plaza de abastos
municipal, si acotan la escalera de la seta 3, para impedir el paso a la
juventud al espacio azotea creado a tal fin, si en la sinuosa calle de la que
prometieron lo del emporio de riquezas, cierran los locales, al igual que los
puestos, y lo de traer a la Diosa Ceres
de nuevo a la Encarnación
esta mas complicado que abrir una nueva puerta, ya me dirán en que puede acabar
siendo en esta ciudad una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia. ¡Qué salte
Falete!
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